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En el año 2016, el mercado global de detección de fraudes fue valorado por Allied Marked Research en USD 13,6 mil millones.En el contexto actual podemos percibir que existen muchas vulneraciones financieras y de datos de usuarios a través de páginas web falsas o virus informáticos. Parece contradictorio que en una sociedad que estimula el dataísmo (teoría que estimula como valor supremo el uso de los datos, potenciados por el big data y la inteligencia artificial), no se tomen medidas mínimas, básicas y sencillas para cuidar dichos datos e información. El rechazo hacia métodos de autenticación fuertes a menudo resulta del temor de que sean inconvenientes y engorrosos. Pero ese miedo no siempre está justificado, porque la seguridad y la sencillez pueden resolverse juntas.Para una persona que utiliza un sistema bancario, de lealtad a una plataforma de negociación en línea, que utiliza una app a través de un dispositivo para publicar imágenes, etc., está brindando información extra a las empresas o a personas desconocidas sin saberlo. Tendremos que avanzar en un uso responsable y seguro de internet, de incorporar nociones básicas de ciberseguridad, que nos permita concretar y construir un uso social y educativo efectivo y seguro, personal y colectivo, consensuando y construyendo pautas y protocolos comunes. Sin duda que no será una tarea sencilla, pero tenemos la responsabilidad histórica de aportar en ese sentido, para participar de una sociedad más solidaria, donde nuestra participación digital está garantizada a través de un acceso y una calidad de uso seguro de las tecnologías.