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El presente volumen sintetiza los principales ejes de proposición y discusión que atravesó el proceso político del Kirchnerismo, evidenciando – con argumentos y datos duros – la evolución económica y política, gracias al estudio sistemático de la historia económica reciente y su traslado a la actualidad. Con el mismo registro, se observan las tendencias históricas en materia de empleo público en la Argentina, y por último, dos ejes de conflicto para lo que fuera la anterior gestión de gobierno, asociados con el sector agrario y la Resolución 125 y la relación con los medios de comunicación dominantes.La instauración del neoliberalismo tiene sus orígenes en las dictaduras de Augusto Pinochet – Chile, 1973 – y Jorge R. Videla – Argentina, 1976 – donde se desestructuró el aparato industrial/productivo, se procedió a la eliminación de miles de ciudadanos y se implantó un modelo económico de valorización financiera y prevalencia de la explotación y exportación de materias primas.
Junto a estos parámetros, el fenómeno del endeudamiento externo se constituyó en la línea transversal de los sucesivos gobiernos y opera como condicionante político sobre aquellas gestiones decididas a virar el rumbo económico. En este sentido, como analiza Cárcamo, la gesta kirchnerista dio un paso al frente, a partir de la reestructuración de la deuda externa, el pago al FMI y al Club de París, dando lugar a un ratio Deuda/PBI menor al 20 por ciento, alentando un proceso industrial/productivo que incorporó millones de trabajadores y consolidando el mercado interno de consumo.El trabajo de López/Zeller desnuda uno de los grandes mitos instalados por la inteligencia local en cuanto al tamaño del Estado por el número de empleados públicos. Con rigurosidad estadística, se demuestra que, como parte de un proceso abierto durante los últimos 40 años, se observa una drástica reducción del empleo público a nivel del Estado Nacional, si se toma en cuenta que la dotación de trabajadores correspondiente al año 2000 representaba apenas el 48 por ciento de la existente en 1960. Asimismo, el grueso del aumento de la plantilla obedece al personal dependiente de las fuerzas armadas, de seguridad y de los servicios civiles vinculados a las mismas, frente a los trabajadores que desempeñan funciones civiles.Una aclaración importante en cuanto a la evolución del empleo durante el kirchnerismo - y a propósito de la polémica en torno a la creación de empleo genuino o ficticio durante la época- se advierte al destacar que de los casi 6 millones de puestos de trabajo que se crearon, solo el 19 por ciento se explica por el empleo público, mientras que el resto fue empleo privado.Respecto del artículo de Sebastián Premici, para el autor, la disputa agropecuaria entre el Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner y el conglomerado “Campo” tuvo en sus orígenes un error central en relación con la misma Resolución 125, pues las alícuotas de las retenciones eran parejas para todos los productores, y no se diferenció correctamente al sujeto agropecuario, algo que si se intentó corregir cuando se envió el proyecto de ley de retenciones móviles al Congreso.Por su parte, concluye Premici, las cuatro patronales agropecuarias respondieron a una política de Estado con una matriz golpista que podía observarse no solo en el desabastecimiento generado durante meses sino en un discurso autoritario disfrazado de “heroicidad”.Por útlimo, el artículo de Sebastián Demiryi hace hincapié en los medios hegemónicos de comunicación, revisando específicamente los diarios Clarín y La Nación, en su carácter de actores políticos para la defensa de sus propios intereses. Se destacan aquí sus roles durante el proceso electoral presidencial de 2015 y sus batallas contra el Estado “populista”, para “formatear” el sentido político de amplias franjas de la población hacia la opción de Cambiemos, presentada como alternativa “republicana” y “democrática” que, sin embargo, deberá reapropiarse de varios símbolos y postulados del intervencionismo estatal para ganar la contienda.