Un libro pensado para que los jóvenes conozcan al Che en profundidad, su vida, sus realizaciones como militante internacionalista y lo que permanece de su construcción hoy día."En 1997, una serie de libros invadió el mercado con biografías de características disímiles en torno al argentino más conocido y universal: Ernesto “Che” Guevara. En esa fecha se cumplían 30 años de su asesinato en Bolivia.En dicha circunstancia, el periodista y poeta Juan Gelman supo separar criteriosamente la paja del trigo al recordar que, “siempre se han construido teorías subjetivas. Ha aparecido una catarata de biografías, que dicen distintas cosas. Uno dice que se fue de Cuba porque se peleó con Castro, otro que era un viajero impenitente y tenía que viajar. Pero, en realidad, están los tipos como Debray, que dicen que se fue a Bolivia a buscar su tumba. Por supuesto que él sabía que corría el riesgo de morir, pero eso no significa que quisiera morir. Esas son dos cosas diferentes. Voy a introducir un recuerdo personal. Yo lo encontré en La Habana en 1964, y él se reía de los comunistas que decían “hay que luchar hasta morir”. El Che decía “hay que luchar hasta vencer”. Del lugar de la subjetividad de cada uno de estos autores se construyen las biografías del Che. Y, a veces con toneladas de información, creo que se sepultan la enseñanza política fundamental del Che, que es su internacionalismo de verdad”.Hombre libre por encima de todas las cosas, Guevara había aclarado puntualmente que “soy cubano y también soy argentino y, si no se ofenden las ilustrísimas señorías de Latinoamérica, me siento tan patriota de Latinoamérica como el que más, y en el momento en que fuera necesario estaría dispuesto a entregar mi vida por la liberación de cualquiera de los países de Latinoamérica, sin pedirle nada a nadie sin exigir nada, sin explotar a nadie”. ¿Será mera casualidad que Ernesto, nombre de origen germánico, signifique “el que combate con voluntad de vencer”?Demás está decir que Guevara es una figura tentadora, aún para sus enemigos de clase. De ahí la necesidad permanente de hacerlo conocer como un hombre completo. Esto es un hombre de acción y pensamiento humanista, para desvirtuar manipulaciones sobre su personalidad. Y en especial para las jóvenes generaciones, a las que no les tocó vivir esa etapa histórica que se abre con el triunfo de la revolución cubana de 1959". (R. H.)