“... Es un libro que puede leerse de adelante para atrás, o viceversa. También de arriba hacia abajo o de la mitad hacia algún lado. Imagine el lector que entra a un gran mercado por la puerta que más le plazca, siempre encontrará algo que busca. Sólo hace falta entrar con ganas de halla algo. Este libro es un mercado entonces, una feria. Este libro es un bazar.Un bazar de ilusiones, sería la asociación más directa que encuentra nuestra mente. Pero no, es mejor aún: es un bazar de “inclusiones”. Un lugar destinado a los que poseen la firme convicción de que nadie se rescata solo, como dijimos. Aunque no somos ingenuos: sabemos que mucha gente lo logra –salvarse, sola- pero es gente condenada a disfrutar su triunfo en soledad. A veces es mejor compartir las derrotas entre amigos, con gente cercana que profesa nuestra misma forma de entender el mundo. Y decimos a veces por no decir casi siempre.Las personas que forman parte de este colectivo de palabras saben mucho de esto, porque llevan años de emprender la lucha diaria de estar atento al otro, a sus necesidades. Años de andar despreciando la ganancia fácil, la palmada artera e interesada, años de remarla contra viento y marea para encontrarle la vuelta a una realidad que se obstina en ser cada vez más dañina, estúpida e insensible. Tres personas ligadas a la cultura, a la música, a las letras. A todo lo que la palabra Cultura encierra. Pero no la cultura de grandes salones o pequeñas oficinas donde sabemos se cocinan todos los guisos. Hablamos de la cultura que trajina las calles, el aire libre, los teatros. También las plazas. También “la” plaza, donde apenas un puñado de Madres siguen obstinadas en difundir los ideales que tanto molestan a los poderes de turno. (..)”Roly Giménez